lunes, 22 de octubre de 2007

Poesia


Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sepa arrancarlas!”
“-¡Ay! -pensé-, ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
esperando la mano de nieve
que le diga: “Levántate y anda”!

lunes, 15 de octubre de 2007

No, no tienes lo necesario para ser bailarina


Una joven tomó clases de ballet durante su infancia y decidió que era el momento de convertir su pasatiempo en un una profesión; deseaba ser la mejor bailarina pero tenía que demostrar su talento. Cuando llegó al teatro, en una gran ciudad donde se realizarían las evaluaciones de ballet, fue a los camerinos antes de iniciar la prueba y habló con el Director: “Quisiera llegar a ser una gran bailarina, pero no se si tengo el talento necesario” , le dijo... “Dame una demostración de lo que puedes hacer”, respondió el maestro.
Transcurridos cinco minutos la interrumpió, y moviendo la cabeza en señal de desaprobación le dijo: “No, no tiene lo necesario para ser bailarina”. La joven llegó a su casa con el corazón roto; arrojó las zapatillas en un armario y nunca las volvió a usar. Al paso de los años se casó, tuvo hijos y tomó un empleo en un supermercado. Años después asistió a una función de ballet y en la salida se encontró con el Director que alguna vez la examinó. Ella le recordó su charla y le mostró fotos de sus hijos y platicó un poco de su vida, para luego decirle: “Hay algo que nunca entendí; ¿Cómo supo tan rápido que no tenía dotes de bailarina?”... El Director respondió: “No lo supe; tan solo le dije lo mismo que le digo a todas”... “¡Pero eso es imperdonable!, le reclamó la mujer. Pude haber sido la mejor bailarina; usted arruinó mi vida”... El maestro respondió: “No lo creo; si hubieras tenido los dotes necesarios y una verdadera vocación para bailar no habrías prestado tanta importancia a lo que te dije; y te habrías esforzado mas aún para mejorar día a día”.

Nunca podremos vencer cuando desde un principio nos sentimos derrotados, en la vida no solo el valiente o el veloz o el fuerte triunfan, tarde o temprano solo quien cree en sí mismo y nunca se da por vencido es quien vence ante todas las adversidades.

Ingredientes para la belleza


- Vamos, deprisa. Rapidito pero sin correr, no os apresuréis. Y no escribais unicamente poemas de amor, eh, eso es muy difícil, esperad a tener al menos 80 años. Escribidlo sobre otro argumento mas lírico, no sé... Sobre el mar, el viento, un radiador averiado, un tranvía con retraso... ¿De acuerdo? Porque no existe ninguna cosa más poética que otra, ¿eh, lo entendeis? La poesía no está fuera, está dentro. ¿Qué es la poesía? No se lo preguntes a Belcebú, mírate al espejo, la poesía eres tú. ¡Decorad bien vuestros poemas! Buscad bien las palabras, debéis escogerlas. A veces se necesitan ocho meses para encontrar una palabra. Escogedlas, porque la belleza se inició un día cuando alguien empezó a elegir. Desde Adán y Eva. ¿Acaso sabéis cuanto tardó Eva en elegir la hoja de parra idónea? ''¿Cómo me está esta? ¿Cómo me está esta? ¿Cómo me está esta?'', ¡Ha desnudado todas las parras del paraíso terrenal!.
¡Enamoráos! Porque si no os enamoráis está todo muerto. Sí, todo muerto. Así que os debéis enamorar, porque todo revive, se mueve, 'Todo! Lapidad el gozo, consumad la alegría. Estad tristes y taciturnos, ¡Con exhuberancia! Insuflad con energía en la cara de la gente la felicidad. ¿Y como se hace eso? Pues miraré en mis apuntes, porque lo he olvidado... Esto es lo que debéis hacer... Vaya, no he podido leerlos. Pero creo que voy recordando. Para transmitir la felicidad, ¡Es necesario ser feliz!. Para transmitir el dolor, ¡Es necesario ser feliz!. Sed felices, porque tendréis que sufrir, estar mal, padecer... No tengáis miedo a sufrir, ¡Todo el mundo sufre!. Y si desgraciadamente no tenéis los medios, no os preocupéis, porque para hacer poesía solo es necesaria una cosa: Todo.

Magnolia

Habia una vez una niña enamorada de una magnolia que estaba en el jardín. Se llevaba el día entero mirándola desde arriba, pues vivía en el último piso, y desde una ventanita que era lo único que daba a ese lugar. La niña era muy pequeñita y para mirarla tenía que trepar por una silla, lo que hacía que su madre gritara: ¡Dios mio, se cae, se cae abajo!. La magnolia era grande y grandes eran sus ramas. Sus hojas y flores se abrían como pañuelos que nadie cogía por estar demasiado altos. Tenían todo el tiempo necesario para envejecer y caer al suelo con un leve ruido. Pero la niña seguía soñando con que alguien conseguía tomar una flor y se quedaba esperándolo en su ventanita. En frente había un balcon con ropas puestas a secar. Cuando se secaban y empezaban a hacer ruido, una mujer las recogía. Pero un día la mujer llegó y en lugar de recogerlas, se puso a observar la magnolia, como si calculara la forma de coger una flor. Se quedo un rato larguíiiiisimo, hasta que un hombre llegó y la abrazó. Ella tambien lo abrazó y cayeron a tierra, donde se estremecieron largamente; Por fin, se quedaron dormidos. La niña estaba asombrada, pues no entendía por qué estaban durmiendo en la terraza en vez de coger la flor. Entonces apareció otro hombre muy enfadado. Se arrojó primero sobre el hombre, quien, con un salto, huyó. Después fue a por la mujer, la cogió como si no pesara y la arrojó sobre la magnolia. La mujer , en un ultimo esfuerzo se aferró a una rama y mientras ésta se rompía, tomó una flor. Y se quedó ahí, quieta, con su flor en la mano. Entonces la niña llamó a su madre y le dijo: Mamá, han tirado a una mujer sobre la magnolia y ha cogido una flor. La madre acudió y gritó que estaba muerta, desde aquel día la niña creció convencida de que para coger una flor, había que morirse