martes, 13 de octubre de 2009

Atardecer (Por no llamarlo crepúsculo)



No nos vale con saber que el sol nos abandona cada día. Queremos verlo, regocijarnos en nuestro miedo para que luego, el amanecer nos llene de paz.
Pero cuando subo al tejado para tener mejor vista de la fusión del sol con el horizonte, no es temor, sino esperanza lo que alumbra la oscuridad que el crepúsculo dejó.
Esperanza porque, quizás para mí no, pero pase lo que pase... Seguirá amaneciendo, como en el primer alba, cuando ningún humano podía estropear la belleza con su cobardía.

¿Por qué preocuparme por la noche, si el día se sienta al lado mía? Albita te quié =)